Saturday, June 07, 2014

C aída en desgracia


« Depardieu y DSK, dos malditos en uno »
« Ambos han dañado (dañar, nuire à) el orgullo de Francia, aunque en distinto grado. El actor, al aceptar la nacionalidad rusa. El expatrón del FMI, al ser detenido en EE UU como presunto violador. En Welcome to New York, uno encarna al otro en su caída. El polémico filme ha reabierto viejas heridas. Y, de paso, ha creadop otras nuevas »
« La inmensa mole desnuda de Gérard Depardieu se abalanza sobre la camarera negra que acaba de irrumpir, para limpiarla, en su suite del hotel neoyorquino. La secuencia es breve, pero contundente (accablante). Y aunque el actor interpreta a un tal Devereaux, a nadie se le escapa que estamos ante una recreación, obligadamente fantasiosa, de lo que pudo ocurrir el 14 de mayo de 2011, en la suite 2806 del hotel Sofitel de Manhattan, entre Dominique Strauss-Kahn, entonces director general del Fondo Monetario Internacional (FMI) y virtual candidato socialista a la presidencia de Francia, entonces de 62 años, y la limpiadora guineana Nafissatou Diallo, 30 años más joven. No es la escena más degradante para el expolítico francés de la película Welcome to New York, dirigida por Abel Ferrara (El rey de Nueva York, 1990) y dedicada enteramente a este episodio, que se estrenó la pasada semana en el Festival de Cannes, fuera de concurso, tras un largo tira y afloja (va-et-vient) con la organización del certamen (concours). Un filme que comenzó a gestarse nada más conocerse la detención del exdirector del FMI hace tres años, y que propina una patada (coup de pied) en toda regla a las élites francesas en el trasero (derrière) de Strauss-Kahn, un libertino crecido (grand, crecer, grandir) en el seno de un establishment siempre condescendiente con sus excesos. Se comprende que el proceso de elaboración haya sido (subj) difícil, como confesó Vincent Maraval, directivo de la productora Wild Bunch, que lo ha hecho posible. Isabel Adjani, la actriz principal, abandonó el proyecto en desacuerdo con el guion. Y las grandes cadenas de televisión de Francia se negaron a invertir un euro en él. […] DSK, como se le denomina normalmente, tenía, sin embargo, un punto débil. Una tumultuosa adicción al sexo. En los despachos (bureaux) importantes de Francia todos lo sabían. Desde el año 2006, la cúpula (fig, dirigeants) policial, a las órdenes de Nicolas Sarkozy, exministro del Interior y presidente entonces de Francia, guardaba evidencias de los paseos de Strauss-Kahn por las zonas de prostitución callejera. Instalado ya en Washington al frente del FMI, venía recibiendo (il recevait) desde 2009 la visita de amigos que organizaban orgías con chicas de alterne en diversos hoteles de la capital estadounidense, de Nueva York, París o Madrid. La víspera (veille) del caso Diallo celebró una de esas fiestas, recogida en la película de Ferrara, cuyos (dont les) primeros 20 minutos encajarían bien en un filme porno, con un Depardieu-Strauss-Kahn practicando sexo con diferentes prostitutas suministradas (suministrar, fournir) por amigos de farra (amis de bringue) que estaban siendo investigados ya por la policía francesa como integrantes de una red de proxenetas con base en Lille. Un caso en el que terminaría implicado también DSK. Jean Veil, abogado de Strauss-Kahn, ha anunciado una querella por calumnias contra una película que, dijo, « es pura mierda ». »

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